El
gato salvaje, también conocido como manul, está en la Lista Roja de Especies
Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza,
donde tiene el estado de 'casi amenazada'.
La
apariencia de estos gatos salvajes sugiere que son bastante gordos y grandes,
pero en realidad, son del mismo tamaño que los gatos domésticos. La ilusión
óptica se debe al pelaje del animal, que es más largo y denso que el de
cualquier otro felino conocido para soportar las bajas temperaturas de la
región.
El
manul es un animal solitario, generalmente amante de la poca luz, pues su hora
preferida de caza se sitúa entre el alba y el crepúsculo. Se alimenta de picas y
de pájaros. Cuando galopa se le puede confundir con una marmota.
Establece su refugio bajo una roca, y es el mejor trepador felino. Tiene de
cuatro a seis crías de una camada, y un peso de adulto de entre 2,5 y
3,5 kg.
Descripción
Tiene
un tamaño similar a la de un gato doméstico, de entre 46 y 65 centímetros
de longitud, además de una cola que mide entre 21 y 31 centímetros de largo, y
un peso que varía entre 2,5 y 4,5 kilos.
Tiene
varias características que lo distinguen de los demás felinos. Por ejemplo, los
ojos tienen las pupilas redondeadas en lugar de las de forma de grieta de las
de los otros gatos pequeños, las patas son proporcionalmente más cortas que las
de otros gatos, mantiene las orejas muy bajas y separadas, y tiene unas garras
inusualmente cortas. El hocico es corto en comparación con el de otros gatos,
dándole un aspecto
aparentemente aplanado. Las cortas mandíbulas tienen menos
dientes de lo habitual entre los félidos, estando ausentes el primer par
de premolares superiores.
Dado
su hocico relativamente aplanado, se creyó que era un ancestro de la raza
del gato persa, aunque se sabe que esta relación es falsa.
Su
pelaje es de color ocre con franjas verticales oscuras en el torso y las patas
delanteras, las cuales no siempre son visibles debido a su denso pelaje. El
pelaje de invierno es más gris y tiene menos franjas que el de verano. Tiene
anillos de color negro en la cola y manchas oscuras en la frente, y las
mejillas son de color blanco con rayas negras estrechas, que recorren desde las
comisuras de los ojos. La barbilla y la garganta también son de color blanco, y
se funden con la piel gris y sedosa de las partes inferiores. Los anillos
concéntricos blancos y negros que rodean los ojos, acentúan la forma redondeada
de su rostro
Distribución y Hábitat
Vive
en las estepas asiáticas, en alturas comprendidas entre los 1000 y 4000 metros.
Se le puede encontrar en las costas este y sur del mar Caspio, al norte
de Irán, India, Pakistán, Afganistán y Turkmenistán,
al oeste y el centro de la China, y Mongolia. Prefiere las zonas
rocosas con relativamente pocos árboles, como son cerros áridos, estepas, y
zonas semidesérticas.
Reproducción
Su
temporada de reproducción es relativamente corta, debido al clima extremado de
su área de distribución. El ciclo estral tiene una duración que varía
entre 26 y 42 horas, el cual es también más corto que el de otros félidos. Dan
a luz camadas formadas por entre 2 y 6 gatitos, después de un periodo de gestación de
entre 66 y 75 días, generalmente en abril o en mayo. Estas grandes camadas,
podrían compensar la elevada mortalidad infantil en el ambiente hostil de su
hábitat. Las crías nacen en madrigueras protegidas, llenos de vegetación seca,
plumas y pelos.
Al
nacer, las crías pesan alrededor de 90 gramos, y están cubiertas de un pelaje
grueso que sustituyen por pelaje de los adultos a los dos meses. A los cuatro
meses comienzan a cazar, y alcanzan el tamaño de adultos a los seis meses. En
cautividad, se ha registrado que pueden vivir hasta 11 años.
Conservación
Como
otras especies exóticas de felinos, el manul ha sido cazado por su pelaje.
Antes de convertirse legalmente en protegido, decenas de miles de pieles se
obtenían anualmente a sus países de origen (China, Mongolia, Afganistán y Rusia).
Hoy en día es considerado un beneficio para el entorno, dado que se alimenta de
especies consideradas plagas para la agricultura. Sin embargo, el
envenenamiento de roedores y picas, también puede afectar a la
supervivencia de esta especie de felino.
El
éxito de la cría en cautividad es difícil. Aunque se reproduce bien, las tasas
de supervivencia son bajas debido a las infecciones. Esto se ha atribuido a
un sistema inmunológico poco desarrollado, ya que su hábitat natural
es aislado, y por lo tanto, normalmente no estarían expuestos infecciones.
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