«Proteus
(género)» redirige aquí. Para el género de bacterias,
véase Proteus (bacteria).
El proteo (Proteus
anguinus) es una especie de caudado troglobio presente en
ciertas cuevas de Eslovenia, Croacia y Bosnia y Herzegovina.
Este extraño representante de la fauna europea es el único miembro del
género Proteus y una de las especies de caudados que respira
mediante branquias. Esta especie tiene un gran parecido con Typhylomolge
rathbuni y con Ambystoma mexicanum. Antaño, se creía que el proteo
era la cría del dragón.
Anatomía
Subespecie
negra Proteus anguinus parkelj.
El
cuerpo del proteo es parecido al de una serpiente, de entre 20 y 30 cm de
longitud, con algunos ejemplares que alcanzan hasta 40 cm. El cuerpo es cilíndrico,
de grueso uniforme, y segmentado con surcos espaciados regularmente. La cola es
relativamente corta, lateralmente aplanada, y rodeada por una aleta delgada.
Los miembros son pequeños y delgados, con un número reducido de dedos
comparados con los de otros anfibios: las patas delanteras tienen tres
dedos en vez de los cuatro normales, y las traseras tienen dos dedos en vez de
cinco. Su cuerpo está cubierto por una capa de piel fina, que
contiene muy
poco del pigmento riboflavina, éste lo producen en color
amarillo, blanco o rosado. Los órganos internos pueden ser vistos a través de
la piel del abdomen. La similar pigmentación del proteo respecto a las personas
de raza blanca es el porqué es llamado en algunas lenguas "pez humano".
Sin embargo, la piel del proteo conserva la capacidad de producir melanina,
por lo cual cuando es expuesto a luz, su piel se torna oscura, esto también
pasa, a veces, con sus crías. Su cabeza es periforme (forma de pera), el hocico
es aplanado dorsoventralmente. La apertura de boca es pequeña, con dientes
diminutos que forman un tamiz para retener partículas más grandes dentro de la
boca. Las ventanas de la nariz son tan pequeñas que casi no son visibles, pero
se ubican lateralmente cerca del final del hocico. Los ojos están
cubiertos por una capa de piel. El proteo respira con agallas externas
que se parecen a plumas y que salen desde los lados al final de su cabeza. El
color de estas agallas es rojo debido a su riqueza en vasos sanguíneos que
extraen oxígeno del agua en que habita. El proteo también tiene pulmones rudimentarios,
pero su papel en la respiración es sólo accesorio. Los sexos son muy similares,
con machos que tienen una cloaca algo mayor que las hembras.
Órganos
sensoriales
La evolución ha
favorecido en los animales que moran en cuevas, entre otras adaptaciones, a
desarrollar y mejorar sistemas sensoriales no visuales para
orientarse y adaptarse a hábitats permanentemente oscuros. El sistema
sensorial del proteo también está adaptado a la vida en el ambiente subterráneo
acuático. Incapaz de usar la visión para la orientación, el proteo compensa con
otros sentidos, que están más desarrollados que en anfibios que viven sobre la
superficie. Para ello conserva dimensiones larvales, como un cuerpo largo y
delgado y una cabeza grande aplanada, y así es capaz de alojar un número más
grande de receptores sensoriales.
Fotorreceptores
Los
ojos del proteo permanecen bajo la dermis de la piel, aun así pueden
percibir la luz, es posible encontrar ejemplares juveniles que conservan sus
ojos al descubierto. Las larvas tienen ojos normales, pero a medida que avanza
el desarrollo se atrofian después de cuatro meses. La glándula pineal también
tiene células fotorreceptoras que, aunque atrofiadas, conservan el
pigmento visual como las células fotorreceptoras del ojo atrofiado. La glándula
pineal en proteus posee, probablemente, un cierto control sobre los
procesos fisiológicos. Los experimentos del comportamiento revelaron que la
piel, en sí misma, es también sensible a la luz. La fotosensibilidad del
tegumento es a causa del pigmento melanopsina de las células
especializadas interiores llamadas cromatóforos. Inmunoanálisis realizados
apoyan la existencia de pigmento fotosensible también en el tegumento del
animal.
Los
quimiorreceptores
La
parte delantera de la cabeza de los proteos aloja receptores químicos,
mecánicos y eléctricos. El proteo es capaz de detectar concentraciones muy
bajas de compuestos orgánicos en el agua. Son mejores en la detección de la
cantidad y de la calidad de la presa por el olor que los anfibios emparentados.
El epitelio nasal, localizado en la superficie interna de la cavidad
nasal y en el órgano de Jacobson, es más grueso que en otros
anfibios. Papilas gustativas están en el epitelio de la boca, la
mayor parte de ellas en el lado superior de la lengua y en la entrada a las
cavidades de las agallas. Las de la cavidad bucal se utilizan para la prueba
del alimento, los cercanos a las agallas detectan, probablemente, la composición
química del agua.
Mecano
y electrorreceptores
El
epitelio sensorial del oído interno se diferencia muy
específicamente, permitiendo al proteo recibir sonido mediante las ondas que se
forman en el agua, así como vibraciones de la tierra. Los experimentos etológicos indican
que la mejor sensibilidad auditiva de proteus está entre los 10 hertzios
y los 15000 hertzios. La línea lateral suple sensibilidad del
oído interno detectando desplazamientos del agua de baja frecuencia cercanos.
Un
nuevo tipo de órgano sensorial, con forma de ampolla, se ha analizado en la
cabeza de proteus, utilizando la microscopía de luz y la microscopía
electrónica. Algunos experimentos del comportamiento sugieren que el proteo
puede utilizar el campo magnético terrestre para orientarse.
Ecología
y ciclo vital
El desarrollo
embrionario dura 140 días, y alcanza la madurez sexual a los 14
años. Las larvas tienen el aspecto del adulto después de casi cuatro
meses, la duración del desarrollo está estrechamente relacionada con la
temperatura del agua. Los huevos son fecundados en el interior
de la hembra y ésta tiene dos opciones. Una es la de colocar su nidada (de 12 a
70 huevos) debajo de una piedra, la cual será protegida por ambos progenitores.
La segunda opción consiste en que la hembra sólo fertilice dos huevos y éstos
se desarrollen en el interior de su madre, en donde nacerán y crecerán
alimentándose de los demás huevos. En el último caso la madre daría a luz crías
bastante más desarrolladas que en el primero, aunque no existe una confirmación
de la forma ovípara.
La
hembra pone hasta 70 huevos, cada uno de unos 12 milímetros de
diámetro, y los coloca entre las rocas, donde permanecen bajo su protección.
Los renacuajos tienen 2 centímetros de largo cuando eclosionan y
viven el primer mes de la yema del huevo almacenado en las células de su
sistema digestivo.
El
animal no experimenta metamorfosis y conserva características
larvales. Presenta un retraso somático en el estadio adulto, sin embargo posee
madurez reproductiva, es decir, se alcanza la madurez reproductiva mientras que
conserva la morfología de estado larval. En otros anfibios, la metamorfosis es
regulada por la hormona tirosina, excretada por la glándula tiroides.
El
proteo nada como una anguila al ondular su cuerpo, asistido solamente
por sus poco desarrolladas piernas. Es un depredador, alimentándose de
pequeños cangrejos, caracoles y, de vez en cuando, insectos. No mastica su
alimento, en su lugar lo traga entero. El proteo es resistente al hambre a
largo plazo, una adaptación a su hábitat subterráneo. Puede consumir cantidades
grandes de alimento en una ingesta, y almacenar los nutrientes como depósitos
de lípidos y glicógenos en el hígado. Cuando el
alimento es escaso, reduce su actividad metabólica, y puede también
reabsorber sus propios tejidos en casos extremos. Los experimentos controlados
han demostrado que un proteo puede sobrevivir hasta 10 años sin alimento.
El
proteo es gregario, y vive generalmente debajo de piedras o en grietas.
Los machos sexualmente activos son una excepción, estableciendo y defendiendo
los territorios en donde atraen a hembras. La escasez del alimento hace que
luchar sea energéticamente costoso, los encuentros entre los machos implican
solamente exhibición. Esto es una adaptación del comportamiento a la vida
subterránea.
La
reproducción se ha observado solamente en cautiverio hasta ahora. Los machos
sexualmente maduros tienen cloacas hinchadas, un color más brillante de la
piel, dos líneas en el lado de la cola, y aletas levemente encrespadas. No se
ha observado ninguno de estos cambios en las hembras. El macho puede comenzar
el cortejo incluso sin la presencia de una hembra. Persigue a otros
machos alejándolos del área elegida, y puede entonces secretar una feromona para
atraer hembras. Cuando la hembra se acerca, el macho la circunda alrededor y la
aventa con su cola. Entonces comienza a tocar el cuerpo de la hembra con su
hocico, y la hembra le corresponde tocando su cloaca, también, con su hocico.
En ese punto, él comienza un movimiento progresivo y convulsivo, y la hembra lo
sigue. Él entonces deposita los espermatozoides, y los animales siguen
moviéndose hasta que la hembra lo golpea con su cloaca, después de lo cual ella
para. Los espermatozoides nadan dentro de su cloaca donde procuran
fertilizar los huevos. El ritual del cortejo se puede repetir varias veces
durante un par de horas.
La longevidad se
estima en hasta 58 años. Algunos especímenes en cautividad, bajo
condiciones semi-naturales, han vivido hasta 70 años.
0 comentarios:
Publicar un comentario