El león (Panthera
leo) es un mamífero carnívoro de la familia de
los félidos y una de las cinco especies del género Panthera. Los
leones salvajes viven en poblaciones cada vez más dispersas y fragmentadas
del África subsahariana (a excepción de las regiones selváticas de la
costa del Atlántico y la cuenca del Congo) y una pequeña zona
del noroeste de India (una población en peligro crítico en
el Parque nacional del Bosque de Gir y alrededores), habiendo
desaparecido del resto de Asia del Sur, Asia Occidental, África
del Norte y la península balcánica en tiempos históricos. Hasta
finales del Pleistoceno, hace aproximadamente 10 000 años, de
los grandes mamíferos terrestres, el león era el más extendido tras los humanos.
Su distribución cubría la mayor parte de África, gran parte de Eurasia,
desde el oeste de Europa hasta la India, y en América, desde
el río Yukón hasta el sur de México
El
león es una especie vulnerable y, en su ámbito de distribución
africano, a lo largo de las dos últimas décadas ha sufrido un declive de las
poblaciones, posiblemente irreversible, de entre un 30 % y un 50 %;
las poblaciones no son viables fuera de las reservas delimitadas y los parques
nacionales. Aunque la causa de este declive no es del todo comprendida, la
pérdida del hábitat y los conflictos con humanos son actualmente los motivos de
preocupación más importantes. Se han tenido leones en cautividad desde los
tiempos de la Antigua Roma y desde finales del siglo XVIII han
sido una especie muy buscada y exhibida en zoológicos por todo el mundo.
Los propios zoológicos están colaborando en programas de reproducción para
proteger la amenazada subespecie asiática.
Los
leones pasan gran parte del tiempo descansando y están inactivos durante unas
20 horas al día. Aunque pueden ser activos a cualquier hora, su actividad suele
tener su punto álgido en el ocaso, con un periodo de socialización, lamida
y defecación. Se producen periodos intermitentes de actividad durante las horas
nocturnas hasta el amanecer, que es cuando los leones cazan con más frecuencia.
Pasan una media de dos horas al día caminando y 50 minutos comiendo.
Los
leones son animales potentes que suelen cazar en grupos coordinados y sitian la
presa elegida. Sin embargo, no tienen una resistencia particularmente elevada
–por ejemplo, el corazón de una leona solo representa el 0,57 %
de su peso corporal y el de un macho el 0,45 %–, mientras que el corazón
de una hiena representa aproximadamente el 10 % de su peso corporal.
Así pues, a pesar de que las hembras pueden alcanzar una velocidad punta de
unos 59 km/h, sólo lo pueden hacer en rápidas pero cortas aceleraciones,
de forma que han de estar cerca de la presa antes de iniciar el ataque.
Aprovechan factores que reducen la visibilidad; la mayoría de las presas son
cazadas cerca de algún lugar que oculte a las leonas, o durante la noche. Acechan a la
víctima sin ser detectadas, hasta que se encuentran a una distancia de
aproximadamente 30 metros o incluso menos. Generalmente, varias leonas trabajan
en equipo y rodean a las posibles presas desde diferentes puntos. Una vez han
rodeado al grupo, suelen atacar a la presa más débil. El ataque es corto y
potente, intentando atrapar a la víctima con una aceleración rápida y un salto
final. La presa suele morir por estrangulación, o por asfixia, en la
que el león tapa la boca y la nariz de su presa, aunque las
presas más pequeñas pueden matarlas con un simple golpe dado con las patas
La
mayoría de las leonas ya se han reproducido a los cuatro años de edad. Los
leones no se aparean en ninguna época particular del año y las
hembras tienen numerosas fases de estro cada año. Como en otros
félidos, el pene del macho tiene unas espinas apuntando hacia atrás.
Cuando se retira el pene, las espinas rozan las paredes de la vagina de la
hembra, lo que puede causar la ovulación. Una leona puede aparearse con
más de un macho cuando está en celo; durante el periodo de apareamiento, que
puede durar varios días, se han observado leones copulando 157 veces en un
periodo de 55 horas. Se reproducen con mucha facilidad en cautividad.
La
mayoría de leones viven actualmente al este y al sur de África y sus poblaciones
se están reduciendo rápidamente, con un declive estimado del 30-50 % a lo
largo de las dos últimas
décadas. Actualmente, las estimaciones de la población
total de leones africanos varían entre 16 500 y 47 000 ejemplares
salvajes en 2002-2004, una cifra inferior a las estimaciones de principios de
la década del 1990, (100 000 ejemplares) y muy inferior a las del 1950
(quizás 400 000). Las causas del declive no son del todo entendidas y
podrían ser irreversibles. Actualmente, la pérdida de su hábitat y los
conflictos con humanos se consideran las amenazas más graves para la especie.
Las poblaciones restantes a menudo están aisladas geográficamente entre sí,
cosa que puede provocar consanguinidad y, como consecuencia, una carencia de
diversidad genética. Por lo tanto, el león es considerado una especie
vulnerable por la Unión Internacional para la Conservación de la
Naturaleza, mientras que la subespecie asiática está en peligro crítico. La
población de leones de la región del África occidental está aislada
de las poblaciones del África central, con poco o ningún intercambio de
individuos reproductores. Dos estudios diferentes estimaron el número de ejemplares
maduros en el África occidental en un total de 850-1160 (2002-2004). No hay
consenso sobre el tamaño de la población individual más grande del África
occidental: las estimaciones varían de 100 a 400 leones en el ecosistema
de Arly-Singou de Burkina Faso
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