martes, 25 de julio de 2017

Foca de Casco

La foca de Casco (Cystophora cristata) en las zonas de cría del noroeste del Atlántico se encuentran en poblaciones estables o en modesto incremento. Sin embargo, en el noreste las poblaciones han descendido en un 85 a 90 % en los últimos 40 a 60 años. Las causas de la disminución son desconocidas y puede que sean irreversibles; lo que sí se sabe es que siguen afectando a la especie, a pesar de las medidas de protección tomadas en los últimos años.
Se ha decidido catalogar como vulnerable a estas focas ya que han pasado de tener más de medio millón de ejemplares a 70000 en las últimas décadas. Si tomamos en conjunto a todas las poblaciones, la población mundial ha disminuido en aproximadamente un 35 a 40%.
Además, de seguir así se sospecha que se producirá una reducción de la población en los próximos 100 años debido al cambio climático que afecta a los recursos físicos y biológicos de los que depende la especie.
Por lo tanto, el problema no es tanto el número de individuos que queden actualmente, sino el ritmo alarmante al que están desapareciendo. 
Normalmente tiene una cría en cada parto, siendo el período de gestación de poco menos de doce meses. Dan a luz sobre el hielo y los recién nacidos pesan unos 25 kg. y miden 1 m.
Además es la especie de mamífero con un menor tiempo de lactancia; este dura sólo cuatro días, tiempo que le es suficiente a la cría para doblar el peso que tenía al nacer (48 kg pesan a los 4 días), ya que llega a subir 7 kg por día. Lo que hace es acumular una capa de grasa gracias a la leche rica en grasas de la madre ; esta leche es en un 60 a 70 % grasa. Tras estos cuatro días la madre se separa de la cría, que sobrevivirá durante varias semanas de la grasa almacenada en su cuerpo hasta que sea capaz de nadar y pescar por sí misma.
Los adultos son de color gris plateado, siendo la cara y boca casi negras. Su pelaje presenta manchas

irregulares oscuras pequeñas, de formas redondeadas u ovaladas, o bien con forma de aro.

Es una especie altamente migratoria que vaga grandes distancias. Tras la temporada de cría, por lo general entre abril y junio, viajan grandes distancias para alimentarse. Entre junio y agosto se reúnen en el hielo para hacer la muda, tras lo cual se dispersan hasta que sea la época de cría de nuevo. Los patrones de migración aún no están bien documentados, aunque sin embargo parece ser que las poblaciones del noroeste mudan frente al coste este de Groenlandia en el Estrecho de Dinamarca. También han sido vistos a lo largo de la costa occidental de Groenlandia. Las focas de jan Mayen parecen mudar en dos lugares al norte de la zona de cría para dispersarse posteriormente a Islandia, noruega y las islas Feroe. Las poblaciones del noroeste pasan el invierno en aguas de Terranova.
Quitando los periodos de cría y de muda cuando las focas se agregan en áreas específicas, se piensa que el resto del año tiene vidas muy solitarias. Sin embargo, en realidad poco se sabe de sus vidas fuera de estos periodos.
Se alimentan de una gran variedad de peces e invertebrados marinos, incluyendo cualquier especie que se encuentre en la columna de agua donde se mueven. Ejemplos típicos de presas son el bacalao Atlántico y polar, las Gallinetas, anguilas, arenques, capelanes, calamares (por ejemplo, Gonatus fabricii) y camarones. Para alimentarse se han adaptado a sumergirse bajo el agua. La mayoría de sus inmersiones las realizan entre los 100 y 600 metros de profundidad, aunque pueden llegar a descender a 1000 m o permanecer bajo el agua hasta cerca de una hora.
Son depredadores de las focas de casco los osos polares y las orcas. Los tiburones de Groenlandia (Somniosus microcephalus) también pueden ser depredadores de jóvenes focas.



AMENAZAS 
Las causas del importante descenso en el noreste Atlántico son desconocidas. Sin embargo, la preocupación por el alarmante descenso ha hecho que se prohíba su caza en los últimos años, aunque parece ser que se le caza. Además Noruega la ha incluido en su Lista Roja como vulnerable.
Algunas de las causas que afectan a la especie parecen ser las siguientes: 
Las focas de casco fueron sometidas a una intensa caza comercial en los siglos XIX y XX, junto a las focas arpa y tiburones de Groenlandia. Noruega, la antigua Unión Sobiética, Canadá y Groenlandia han sido los principales responsables. Tras la Segunda Guerra Mundial, la caza se centraba principalmente en las crías debido al gran valor de su piel, aunque se mataba también a muchas madres que intentaban defender a sus crías.
Parece ser que el número de focas en el noroeste del Atlántico es relativamente bien conocido y que se han hecho numerosas provisiones de crías que nacen y del TAC (capturas totales admisibles), que se han ido ajustando a los largo del tiempo. Desde 1998, los TAC se han fijado en unas 10000 focas al año, número que ha ido variando. Anteriormente, estas focas fueron cazadas durante siglos en el Mar de Groenlandia, y la caza aumentó considerablemente tras la Segunda Guerra Mundial a niveles claramente insostenibles. Las medidas reglamentarias se introdujeron en 1958 para controlar la cantidad cazada a través de estudios de población.
Las focas de casco también son cazadas por los nativos de Groenlandia y Canadá con fines de subsistencia. 
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