martes, 25 de julio de 2017

Kakapo

Los kakapos son loros grandes y achaparrados: los machos pueden llegar a medir hasta 60 cm y pesar entre 3 y 4 kg una vez alcanzada la madurez. Los kakapos no pueden volar, por lo que tienen unas alas pequeñas en relación a su tamaño, y huesos pequeños y poco pronunciados en el esternón (que en otros pájaros afianzan los músculos de vuelo). Utilizan sus alas para equilibrio y soporte, así como para amortiguar sus caídas al saltar de los árboles. A diferencia de otros pájaros terrestres, y al vivir en un clima más frío que la mayoría de especies de loros, los kakapos pueden acumular grandes cantidades de grasa corporal como aislamiento y para almacenar energía.
Características
Los kakapos poseen plumas de color verde musgo mezcladas con negro en la parte posterior, que les permite camuflarse muy bien con la vegetación de la zona. Ya que las plumas no necesitan la fuerza y rigidez requerida para el vuelo, estas son extraordinariamente ligeras, dando mayor relevancia al epíteto específico de habroptilus. El vientre, cuello, y cara son amarillentos, existiendo grandes variaciones de unos ejemplares a otros. Es sabido (gracias a especímenes de museos) que algunos son de un color completamente amarillo. Los kakapos tienen una cara redondeada por finas plumas, haciendo recordar la cara de una lechuza; tanto es así que los primeros colonos europeos les llamaban loros lechuza. Sus picos están rodeados por delicados "bigotes", los cuales usan para tantear el terreno cuando caminan con la cabeza agachada. El final de las plumas de la cola suele acabar desgastada por el continuo roce con el suelo.

El pico de los kakapos está especialmente adaptado para machacar comida con mucha precisión. Debido a esto, los kakapos tienen una molleja muy pequeña, comparado con otros pájaros de su tamaño. Las patas son largas y escamosas y, como en todos los loros, presentan zigodactilia (dos dedos hacia delante y dos hacia atrás). Tienen las garras pronunciadas, las cuales les son muy útiles para trepar.
Los kakapos tienen un sentido del olfato muy desarrollado, el cual complementan con su estilo de vida nocturno. Pueden también distinguir olores mientras hurgan; este comportamiento se ha visto además sólo en otra especie de loro. Una de las características más sorprendentes de los kakapos es su olor potente y agradable, que ha sido variadamente descrito como floral, miel, un ambientador, o el interior de la caja de un antiguo violín. Dado el desarrollado sentido del olfato de los kakapos, su olor puede ser una señal química. Por otro lado, el olor siempre ha conducido a los depredadores hacia el relativamente indefenso kakapo.
Reproducción
Los kakapos son los únicos loros del mundo que tienen una reproducción poligámica del tipo lek. Los machos se apiñan suavemente en un terreno y combaten para atraer a las hembras y emparejarse. Las hembras observan la exhibición de los machos y eligen una pareja según la calidad de la exhibición; no son perseguidas abiertamente por los machos. Las parejas se forman únicamente para la reproducción, y después se separan. Estos pájaros sólo tienen cría una vez cada 10 años.
Durante la temporada de cortejo los machos abandonan su territorio habitual por cimas de montañas y cordilleras, donde cada uno establece su propio cortejo de apareamiento. Estos asentamientos pueden distar hasta 7 km del territorio propio del kakapo y están alejados a un promedio de 50 m (160 ft) del área de lek. Los machos permanecen en esta región durante la época de cortejos. Al comienzo de la temporada de apareamiento los machos lucharán por asegurarse la mejor zona de cortejo. Se enfrentan unos con otros con las plumas y las garras levantadas, las alas abatidas, el pico abierto, y sonoros gruñidos y chillidos. La pelea puede dejar a algún pájaro herido.
Cada cortejo consiste en una serie de excavaciones en el suelo en forma de bola por parte del macho, con una profundidad de hasta 10 cm y suficientemente largo para que quepa el medio metro de longitud del animal. Los hoyos se suelen hacer cerca de caras de rocas, orillas, o troncos de árboles, para ayudar al rebote del sonido. Los huecos de cada macho están conectados.
A causa de que los kakapos tienen una esperanza de vida relativamente larga, tienden a disfrutar de una larga adolescencia antes de empezar a reproducirse.
Amenazas

Los kakapos están en peligro crítico de extinción, con sólo 131 ejemplares vivos reconocidos, todos ellos clasificados. Antes del Terciario los ancestros del kakapo se hallaban en el territorio que hoy día son las islas de Nueva Zelanda. Debido a la ausencia de predadores terrestres, perdieron la capacidad de volar. Su mayor predador era un águila diurna gigante, de la cual se refugiaba entre la vegetación y en madrigueras. Con la
colonización polinesia y europea, y la introducción de predadores tales como gatos, ratas y armiños, casi todos los kakapos fueron exterminados. Los esfuerzos por su protección y conservación empezaron en 1890, pero carecieron de éxito hasta la implantación del Plan de recuperación del kakapo, en 1980. Los ejemplares vivos existentes crían en dos islas libres de predadores: en la isla Chalky, al suroeste de Fiordland, y en la isla Codfish, cerca de la isla Stewart, donde son controlados muy de cerca. Los kakapos también habitan en la isla Little Barrier. En las islas Sur y Norte ya se habían extinguido.
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