Las
islas que conforman el sudeste asiático forman un mosaico de fauna y flora
contenidas en un marco heterogéneo de bosques tropicales y ecuatoriales,
formaciones de coníferas y grandes ríos. En este contexto encontramos a un gran
animal al que las poblaciones indígenas llaman “el mono rojo” o “el hombre del
bosque”, el Orangután de Borneo (Pongo pygmaeus).
El
Orangután de Borneo habita las áreas de bosque primario de Malaysia e
Indonesia, dos de los tres países que conforman la gran isla de Borneo.
Esta
especie más grande y menos sociable que su primo, el Orangután de Sumatra,
se divide en tres subespeciesdistinguibles especialmente por la zona que
ocupan en la isla. Así pues, encontramos al Pongo pygmaeus pygmaeusu
orangután de Borneo noroccidental, Pongo pygmaeus wurmbii, u orangután de
Borneo meridional y Pongo pygmaeus morio, llamado también orangután de
Borneo nororiental u orangután negro por su color más parduzco en comparación
con los demás. Si bien estas subespecies difieren poco en apariencia física, el
análisis del ADN mitocondrial muestra algunas diferencias entre
ellos.
El
orangután es la segunda especie de simio más grande, después del gorila, y es
el animal más grande que habita los árboles en el planeta. Algo mayor que el
orangután de Sumatra, el Orangután de Borneo tiene la cara más amplia, la barba
más corta y un color más oscuro. Su pelaje de color rojizo cubre una piel gris
visible solo en algunas zonas como las manos o la cara. Sus brazos,
especialmente fuertes, son hasta un 30% más largos que sus piernas y sus pies
prensiles le permiten una mayor sujeción en los árboles.
Su
alimentación se basa especialmente en fruta, aunque también pueden comer
vegetales, miel, insectos, huevos y en ocasiones, pequeños vertebrados como
lagartos o pequeños primates.
La
especie muestra un gran dimorfismo sexual. Los machos adultos desarrollan
unas grandes bolsas carnosas en las mejillas compuestas por depósitos
de grasa subcutánea. Esta adaptación sirve tanto para atraer a las hembras como
para ampliar unos fuertes y característicos sonidos que emiten gracias a una
modificación que tienen en la zona de la laringe. Los machos emiten estas
llamadas para marcar el territorio, así como para incitar el acercamiento de
las hembras. Las hembras son más pequeñas y no tienen depósitos de grasa en las
mejillas.
A
diferencia de las otras especies de grandes simios, el orangután es en gran
parte solitario (machos y hembras viven separados y se encuentran
para aparearse), a excepción de los pares madre-cría . Normalmente
dan a luz una sola cría que se aferra a la piel de la madre y que es
dependiente de ella durante un período de unos 10 años. Alrededor de los 8-10
años de edad, los jóvenes machos dejan a la madre y buscan su propio
territorio, mientras que las hembras jóvenes tienden a permanecer cerca de la
madre.
El
orangután de Borneo está catalogado en peligro de extinción según The
IUCN Red List of Threatened Species. La población total de estos animales
actualmente se encuentra entre los 45.000 y los 69.000 ejemplares en estado
salvaje. El lento desarrollo de las crías, sumado a un largo periodo
interparto, dificulta la perduración de estos primates; y es que el entorno
natural en el que viven está desapareciendo de forma vertiginosa. El número y
la distribución del Orangután han disminuido rápidamente desde mediados del
siglo 20 debido a las actividades humanas realizadas en la zona, entre las que
encontramos la caza furtiva, el comercio ilegal de animales, y una de
las actividades más crecientes: la tala insostenible para la
obtención del aceite de palma, un producto utilizado especialmente en la
industria alimentaria para la producción de bollería, chocolates, helados y
margarinas. Los incendios, tanto naturales como provocados también han
sido y son una causa de destrucción en masa de estas selvas. Un
caso
particularmente catastrófica fueron los incendios forestales de 1997-1998
en Kalimantan (Indonesia) tras el colapso del proyecto Mega Rice, en el
que se quemaron más de 400.000 hectáreas de bosque y murieron hasta 8.000
orangutanes (un tercio de la población de orangutanes salvajes que había en ese
momento).
Ha
habido una disminución estimada del orangután de más del 50% durante los
últimos 60 años, y el declive de la especie se prevé que continúe a este ritmo
en los próximos años. Por ello, una serie de organizaciones y gobiernos están
luchando por la preservación del bosque primario y la supervivencia de los
orangutanes.
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