viernes, 11 de agosto de 2017

Orangután de Borneo

Las islas que conforman el sudeste asiático forman un mosaico de fauna y flora contenidas en un marco heterogéneo de bosques tropicales y ecuatoriales, formaciones de coníferas y grandes ríos. En este contexto encontramos a un gran animal al que las poblaciones indígenas llaman “el mono rojo” o “el hombre del bosque”, el Orangután de Borneo (Pongo pygmaeus).
El Orangután de Borneo habita las áreas de bosque primario de Malaysia e Indonesia, dos de los tres países que conforman la gran isla de Borneo.
Esta especie más grande y menos sociable que su primo, el Orangután de Sumatra, se divide en tres subespeciesdistinguibles especialmente por la zona que ocupan en la isla. Así pues, encontramos al Pongo pygmaeus pygmaeusu orangután de Borneo noroccidental, Pongo pygmaeus wurmbii, u orangután de Borneo meridional y Pongo pygmaeus morio, llamado también orangután de Borneo nororiental u orangután negro por su color más parduzco en comparación con los demás. Si bien estas subespecies difieren poco en apariencia física, el análisis del ADN mitocondrial muestra algunas diferencias entre ellos.

El orangután es la segunda especie de simio más grande, después del gorila, y es el animal más grande que habita los árboles en el planeta. Algo mayor que el orangután de Sumatra, el Orangután de Borneo tiene la cara más amplia, la barba más corta y un color más oscuro. Su pelaje de color rojizo cubre una piel gris visible solo en algunas zonas como las manos o la cara. Sus brazos, especialmente fuertes, son hasta un 30% más largos que sus piernas y sus pies prensiles le permiten una mayor sujeción en los árboles.
Su alimentación se basa especialmente en fruta, aunque también pueden comer vegetales, miel, insectos, huevos y en ocasiones, pequeños vertebrados como lagartos o pequeños primates.
La especie muestra un gran dimorfismo sexual. Los machos adultos desarrollan unas grandes bolsas carnosas en las mejillas compuestas por depósitos de grasa subcutánea. Esta adaptación sirve tanto para atraer a las hembras como para ampliar unos fuertes y característicos sonidos que emiten gracias a una modificación que tienen en la zona de la laringe. Los machos emiten estas llamadas para marcar el territorio, así como para incitar el acercamiento de las hembras. Las hembras son más pequeñas y no tienen depósitos de grasa en las mejillas.
A diferencia de las otras especies de grandes simios, el orangután es en gran parte solitario (machos y hembras viven separados y se encuentran para aparearse), a excepción de los pares madre-cría . Normalmente dan a luz una sola cría que se aferra a la piel de la madre y que es dependiente de ella durante un período de unos 10 años. Alrededor de los 8-10 años de edad, los jóvenes machos dejan a la madre y buscan su propio territorio, mientras que las hembras jóvenes tienden a permanecer cerca de la madre.
El orangután de Borneo está catalogado en peligro de extinción según The IUCN Red List of Threatened Species. La población total de estos animales actualmente se encuentra entre los 45.000 y los 69.000 ejemplares en estado salvaje. El lento desarrollo de las crías, sumado a un largo periodo interparto, dificulta la perduración de estos primates; y es que el entorno natural en el que viven está desapareciendo de forma vertiginosa. El número y la distribución del Orangután han disminuido rápidamente desde mediados del siglo 20 debido a las actividades humanas realizadas en la zona, entre las que encontramos la caza furtiva, el comercio ilegal de animales, y una de las actividades más crecientes: la tala insostenible para la obtención del aceite de palma, un producto utilizado especialmente en la industria alimentaria para la producción de bollería, chocolates, helados y margarinas. Los incendios, tanto naturales como provocados también han sido y son una causa de destrucción en masa de estas selvas. Un
caso particularmente catastrófica fueron los  incendios forestales de 1997-1998 en Kalimantan (Indonesia) tras el colapso del proyecto Mega Rice, en el que se quemaron más de 400.000 hectáreas de bosque y murieron hasta 8.000 orangutanes (un tercio de la población de orangutanes salvajes que había en ese momento).
Ha habido una disminución estimada del orangután de más del 50% durante los últimos 60 años, y el declive de la especie se prevé que continúe a este ritmo en los próximos años. Por ello, una serie de organizaciones y gobiernos están luchando por la preservación del bosque primario y la supervivencia de los orangutanes.
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