Sifaka
es nombre común que se da a dos o tres especies de primates emparentadas con
los lemures y los indris. Una de ellas, el sifaka de Verreaux, pesa algo menos
de 4 kg y vive en los bosques secos del oeste de Madagascar. Toda ella es de un
tono blanco, con manchas pardas o negras en la cabeza. La segunda especie, el
sifaka de diadema, pesa unos 6,5 kg y habita en las selvas húmedas del este de
Madagascar.
Los
sifakas pasan casi todo el tiempo en los árboles, alimentándose de hojas
durante todo el año y de frutos cuando los hay. Realizan saltos espectaculares
de árbol en árbol impulsándose desde el tronco con sus largas extremidades
posteriores y girando a continuación 180° en el aire para llegar de frente al
siguiente árbol. En el curso de estos saltos, que pueden ser de hasta 10 m de
longitud, mantienen la postura erguida valiéndose de la larga cola. La
capacidad atlética del sifaka en los árboles contrasta con su torpe locomoción
en el suelo.
Los
sifakas son animales diurnos y viven en grupos de hasta 9 individuos, entre
ellos varias hembras en fase de cría. Por lo general, cada hembra tiene una
sola camada. Se ha podido comprobar que los sifakas viven en cautividad hasta
25 años. Como otros lemures, están amenazados a consecuencia de la destrucción
de sus hábitats. Aunque algunas poblaciones son relativamente estables, otras
se encuentran en peligro de extinción inmediata.
Los
sifakas son un género de primates pertenecientes a la familia Indriidae. Como
todos los lémures,
son endémicos de Madagascar
Su nombre (sifaka) lo reciben del sonido característico que emiten, un ´shifak´.
Miden de 87 a 102 centímetros, de los cuales de 47 a 57 cm corresponden a su cola. La cola tan larga le ayuda a mantener el equilibrio.
Tiene la cabeza y garganta entre negro y chocolate. La zona del pecho es de color gris y dorado. Su cara es algo más cuadrada que en las otras subespecies.
Sus brazos son cortos con pequeñas membranas interdigitales y los dedos pulgares oponibles para poder trepar a los árboles o sujetarse a las ramas. Las patas traseras son largas y fuertes. Su morro es sobresaliente.
Su nombre (sifaka) lo reciben del sonido característico que emiten, un ´shifak´.
Miden de 87 a 102 centímetros, de los cuales de 47 a 57 cm corresponden a su cola. La cola tan larga le ayuda a mantener el equilibrio.
Tiene la cabeza y garganta entre negro y chocolate. La zona del pecho es de color gris y dorado. Su cara es algo más cuadrada que en las otras subespecies.
Sus brazos son cortos con pequeñas membranas interdigitales y los dedos pulgares oponibles para poder trepar a los árboles o sujetarse a las ramas. Las patas traseras son largas y fuertes. Su morro es sobresaliente.
Se
desplaza entre los árboles saltando de tronco en tronco. Lo peculiar de esta
especie es que salta entre árboles en ocasiones llenos de espinas. Puede saltar
hasta 10 metros de un árbol a otro usando tan solo sus patas traseras.
Pasan la mayor parte de su tiempo en la copa de los árboles saltando de un árbol a otro y desplazándose verticalmente a través de los mismos. Cuando descienden al suelo en espacios abiertos se desplazan dando saltos laterales que parecen parte de una danza, estirando sus patas y extendiendo los brazos para mantener el equilibrio.
Pasan la mayor parte de su tiempo en la copa de los árboles saltando de un árbol a otro y desplazándose verticalmente a través de los mismos. Cuando descienden al suelo en espacios abiertos se desplazan dando saltos laterales que parecen parte de una danza, estirando sus patas y extendiendo los brazos para mantener el equilibrio.
Se
distribuye desde el río Mahavavy hacia el suroeste (más hacia el norte empieza
la distribución del sifaka de Decken (Propithecus deckenii), y desde el
río Betsiboka hacia el noroeste, separando este río su distribución de la
del sifaka de coquerel (Propithecus coquereli). En la parte alta del río
Mahavavy seguramente haya híbridos de sifaka de Decken y sifaka coronado
(Petter et al. (1977)). También hay informes fidedignos de avistamientos más
allá de su distribución.
Las
principales amenazas para esta especie son la pérdida de hábitat, en parte
porque muchas zonas se han convertido a terreno para pastos para el ganado y
para la producción de carbón vegetal. También existe el problema de la caza en
algunas zonas y la captura para venderlos como mascotas.
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