El
perrito de la pradera mexicano o perrito llanero mexicano (Cynomys
mexicanus) no es realmente un perrito, si no un roedor endémico de México
que se encuentra en peligro de extinción. Además la IUCN lo considera muy raro
y con una tendencia de la población desconocida.
Está en peligro ya que quedan perritos llaneros en un área total menor de 600 km2; además este área está altamente fragmentada y por si no fuera poco, está perdiendo terreno, extensión y calidad de hábitat a una velocidad muy alta. Como consecuencia el número de localizaciones y subpoblaciones está disminuyendo también.
El nombre de perritos les viene por el sonido que emiten, similar al de un ladrido; este ladrido lo emiten cuando se sienten amenazados o cuando toman contacto con otros individuos.
Son animales diurnos que construyen madrigueras para vivir y protegerse de los depredadores. Las madrigueras son túneles que excavan y que se conectan unos con otros. Llegan a ser hasta de 6 metros de largo y 2 metros de profundidad.
Tienen una gran organización social y forman colonias (llamadas ciudades) con pequeñas unidades familiares que pueden llegar a abarcar más de 100 hectáreas. Una familia incluye a un macho adulto, 2 o 3 hembras, algunos jóvenes y pequeños.
Está en peligro ya que quedan perritos llaneros en un área total menor de 600 km2; además este área está altamente fragmentada y por si no fuera poco, está perdiendo terreno, extensión y calidad de hábitat a una velocidad muy alta. Como consecuencia el número de localizaciones y subpoblaciones está disminuyendo también.
El nombre de perritos les viene por el sonido que emiten, similar al de un ladrido; este ladrido lo emiten cuando se sienten amenazados o cuando toman contacto con otros individuos.
Son animales diurnos que construyen madrigueras para vivir y protegerse de los depredadores. Las madrigueras son túneles que excavan y que se conectan unos con otros. Llegan a ser hasta de 6 metros de largo y 2 metros de profundidad.
Tienen una gran organización social y forman colonias (llamadas ciudades) con pequeñas unidades familiares que pueden llegar a abarcar más de 100 hectáreas. Una familia incluye a un macho adulto, 2 o 3 hembras, algunos jóvenes y pequeños.
Son animales muy sociales que durante el día suelen permanecer a las entradas de sus madrigueras o en los alrededores aseándose unos a otros y vigilando y defendiendo los límites de su territorio. Para unir lazos entre los individuos de la colonia realizan acciones como son la del reconocimiento anal, el aseo mutuo, la alimentación y los contactos bucales. Un comportamiento curioso de los perritos llaneros es el del ´beso´, que consiste en el contacto de la boca abierta de un individuo (lo que hace que los incisivos sean visibles) con la del otro y puede funcionar tanto como señal de amenaza como de reconocimiento.
Son pequeños y de aspecto fácilmente reconocible ya que miden entre 28 y 33 cm. Su color varía entre el pardo amarillento y pardo rojizo, salpicado con algunos pelos negros; el vientre es más claro y la parte terminal de la cola es negra.
Son omnívoros ya que se alimentan sobretodo de pastos, semillas, hojas, tallos y raíces, pero durante el verano también comen chapulines y otros insectos. Al vivir en zonas con poco agua adquieren la mayoría del agua de las plantas.
La actividad de miles de individuos en las zonas donde habitan impide que las hierbas altas se regeneren, dando lugar a otras hierbas anuales más pequeñas y de crecimiento rápido. Éstas constituyen el alimento de los perritos y, además, permiten la visibilidad necesaria para advertir la presencia de posibles enemigos.
Además este mamífero está considerado como especie ecológicamente clave, ya que influyen en el medioambiente y por tanto son necesarios ya que al podar constantemente los pastos, cambian la composición de la vegetación y mejoran sus cualidades nutritivas, lo que beneficia también a los demás animales que pastan en estos lugares. Por lo tanto podemos decir que incrementan la heterogeneidad ambiental e inciden en la diversidad biológica.
Pérez Romero Luis, Guzmán Núñez Juan Antonio, Hernández Javalera Iliana Isabel y López González Juan José; Ecología de colonias de perrito llanero (Cynomys mexicanus) con diferente historial de colonización.
Durante la época reproductora es frecuente el movimiento de individuos de un territorio a otro; tras la gestación que dura de 27 a 33 días nacen las crías entre abril y mayo en la madriguera. Las crías al nacer tienen los ojos cerrados y carecen de pelo. Pueden tener entre dos y diez crías aunque lo normal son 4.
Pueden sentarse sobre sus cuartos traseros, manteniéndose rectos. Esta posición la toman para vigilar, comer o relacionarse. En cambio para andar usan las cuatro patas.
Entre sus predadores están los coyotes, el lince rojo, águilas, halcones, tejones y comadrejas.
Este encantador roedor es uno de los perritos de la pradera correspondiente a este género nativo de América del Norte. Está relacionado con las ardillas, tamias y marmotas.
Esta especie en concreto es endémica del norte y centro de México, y se le encuentra en los estados Coahuila, San Luis Potosí y Nuevo León. En otros tiempos también se le encontraba en Zacatecas. También pueden haber en el Desierto Chihuahuense.
Los perros llaneros se encuentran estrechamente asociados a zonas semiáridas con praderas y pastizales, caracterizados por matorrales xerófitos (adaptadas a ambientes secos), pastos y plantas rasantes.
Habitan en altitudes de los 1600 a los 2200 metros
Está perdiendo hábitat debido a la expansión de la agricultura y las ganaderías. De hecho, para deshacerse de estos roedores han llegado a exterminarse colonias enteras mediante veneno. Y es que a pesar del papel clave que tienen los perros llaneros en los pastizales, han sido víctimas de campañas de exterminio (no solo con veneno, sino también con trampas y mediante la caza). Al inicio del siglo XX ocupaban de 40 a 100 millones de hectáreas de los pastizales de América del Norte, pero como se consideraba que eran competidores del ganado por el pasto y que podían causar fracturas en las patas de las vacas por las madrigueras, comenzó una campaña de erradicación.
La situación es preocupante ya que han perdido el 65 % de su hábitat y ya se considera desaparecido de Zacatecas, estado que representaba el 10 % de su área de distribución original. San Luis de Potosí representa un 25 % de su área original amenazada por la conversión a terreno para la agricultura y por la extracción de agua que ha secado muchos suelos y pastizales.
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