miércoles, 9 de agosto de 2017

Mono Colobo Rojo


El colobo rojo de Zanzíbar (Piliocolobus kirkii) es una especie de primate catarrino perteneciente a la familia Cercopithecidae, endémica de la isla de Unguja, la mayor isla del archipiélago de Zanzíbar, frente a la costa de Tanzania. También es conocido como colobo rojo de Kirk, debido a su descubridor, el explorador sir John Kirk (1832-1922), gobernador residente de Zanzíbar quien, además, lo presentó para la ciencia zoológica. Actualmente está clasificado como una especie en peligro y a mediados de la década de 1990 fue adoptado como especie emblemática para representar la conservación biológica de este archipiélago. La población de colobos rojos todavía sigue siendo reducida debido a que es endémica en exclusiva de esta región y los conservacionistas están intentando trabajar con el gobierno local para diseñar una estrategia efectiva y adecuada para proteger a los colobos rojos y su hábitat. La especie ha sido reclasificada zoológicamente en dos ocasiones; anteriormente pertenecía al género Colobus, pero recientemente pasó al género Piliocolobus.
El pelaje de este cercopitécido se compone de tres colores. Una banda negra corta a lo largo de los hombros y los brazos mientras que el vientre y la parte inferior de los miembros son blancos. Su cara negra está coronada de largos pelos blancos y presenta una marca rosa en la nariz y los labios. El colobo rojo de Zanzíbar posee una larga cola no prensil que usa únicamente para mantener el equilibrio durante los desplazamientos en el dosel arbóreo. El dimorfismo sexual de esta especie es poco marcado: el color y el tamaño del cuerpo de las hembras no difiere casi del de los machos. En los grupos, las hembras son generalmente más numerosas que los machos. Los rasgos de la cara permiten diferenciar fácilmente a los individuos dentro de un grupo. Estos colobos tienen cráneos pequeños y la forma del cuerpo es redondeada. Los machos llegan a alcanzar los doce kilos y las hembras hasta diez.
Los grupos se componen en general de cuatro machos adultos y numerosas hembras, siendo la proporción más habitual de un macho por cada dos hembras. Dentro del grupo siempre están presentes jóvenes de todas las edades. El número total de individuos en el grupo puede variar de 30 a 50 animales. La especie es muy social y los monos juegan y se acicalan durante los descansos entre las comidas. Al contrario que las hembras, dentro del grupo, los machos mantienen vínculos muy estrechos entre sí, actúan juntos en defensa del grupo e incluso se acicalan mutuamente.
Comparado con los otros miembros de la subfamilia de colobinos, las especies del género Piliocolobus tienen una laringe más pequeña. Así, a diferencia del llamado más grave de los machos de las especies de colobos negros y blancos, el llamado de los machos de Piliocolobus kirkii es más alto o soprano. Al no ser un animal territorial, el colobo rojo de Zanzíbar no emite vocalizaciones intensas de intimidación. Entre los llamados de peligro y de alarma se encuentra un ladrido, un ruido «chist» y uno «wheet». Los gritos más fuertes se escuchan cuando el macho expresa su poder en el grupo o cuando inspecciona el estado sexual de las hembras.
La alimentación también es una actividad grupal. Comienzan a alimentarse por la mañana y continúa durante las horas más frescas del día. Los llamados de los machos ponen al grupo en movimiento en busca de otro lugar en el que alimentarse. Esta especie es principalmente folívora y las hojas consumidas son generalmente pequeños brotes. Los colobos rojos se alimentan también de semillas, flores y frutos verdes. De modo excepcional, pueden llegar a comer también cortezas, madera muerts e incluso tierra. También se ha observado el consumo de la cícada Encephalartos hildebrandtii. Es una de las pocas especies que no come fruto maduro; debido a que cuenta con un estómago de cuatro cámaras, que no puede digerir los azúcares contenidos en la fruta. Debido a que en su dieta incluyen hojas tiernas, en ocasiones consumen carbón vegetal, del cual se cree los ayuda a digerir las toxinas (probablemente compuestos fenolíticos) de hojas de almendro malabar o mango. Este consumo de carbón es un comportamiento probablemente enseñado por las hembras a sus crías. También es importante señalar que no todas las poblaciones de colobos rojos adoptan este comportamiento. De hecho, solo se aprecia en algunos grupos que consumen hojas más exóticas.
Los machos alcanzan la madurez sexual entre los tres años y los tres años y medio. Las hembras la alcanzan a los dos años. En celo, ellas son fácilmente reconocibles por la hinchazón y el color rojo vivo de sus genitales. Así, los machos saben que la hembra está lista para el apareamiento. Además, justo antes de aparearse, los machos utilizan sus dedos para sondear los órganos genitales de las hembras y los olfatean para detectar la presencia de estrógeno y de progesterona. Cuando se aseguran por este método que la hembra está en celo, empieza el apareamiento.
El colobo rojo de Zanzíbar solo vive en tres lugares boscosos del archipiélago de Zanzíbar y se encuentran esencialmente en la mitad sur de la isla principal, Unguja. Una pequeña población introducida se encuentra también en Pemba desde la década de 1970, pero no parece muy viable.
Aunque sea una especie principalmente arborícola, se puede hallar en ocasiones en el suelo y sobre todo cerca de las zonas agrícolas donde los colobos están habituados al contacto con los humanos. En el parque nacional Jozani Chwaka Bay prefieren las zonas secas, pero también se encuentran en los manglares en donde disponen de alimento todo el año. En Uzi, por el contrario, es más frecuente verlos en los manglares donde predomina la especie Rhizophora mucronata, donde permanecen el 85% del tiempo de observación. La alimentación salada les obliga a buscar agua dulce, lo que hace de los manglares de la isla un hábitat particularmente apreciado.

Existen entre 1600 y 3000 individuos en estado salvaje. De ellos, la mitad viven fuera de las zonas protegidas. La mayor y más importante zona de protección del colobo rojo se extiende por una superficie de 25 km2 y se encuentra en el interior del parque nacional Jozani Chwaka Bay. Esta zona se encuentra en la isla principal y los individuos que allí viven han sido muy estudiados desde el punto de vista científico. Sin embargo, los colobos siempre han estado cerca de los shambas (término suajili para «granja») que lindan con el parque y hay que subrayar que cerca de estas shambas las poblaciones de colobos rojos son más numerosas que las que viven en el interior del parque. Estas poblaciones, las que no viven en el interior de la zona protegida, están sometidas a riesgos mayores.
En Uzi y en la isla Vundwe, sufren una destrucción de su hábitat que no cesa de aumentar. Los bosques asentados sobre antiguos lechos coralinos son los que más padecen la deforestación. Debido a que los colobos roban la fruta de la granja, se han informado casos de envenenamiento, captura y desaparición en estas islas.
El colobo rojo de Zanzíbar está considerado actualmente como especie en peligro en la Lista Roja de la UICN. El primer factor que ha contribuido a esto es la deforestación y con ella una baja significativa de los recursos. Además, las capturas han aumentado, bien sea para ser comido, bien por su atractivo como animal de compañía.
La Convención Africana ha considerado que la amenaza sobre la especie y la importancia de su conservación colocándola en la categoría «Clase A».
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