Leopardo del Amur

El leopardo del Amur (Panthera pardus orientalis) es una subespecie del leopardo en peligro crítico. Además, es el felino más amenazado del planeta, con un extremado riesgo de extinción, ya que sólo existen en libertad entre 25 y 34 ejemplares, todos en la reserva de Sijote-Alin (Siberia). 

Su área de distribución se estima en tan sólo 2.500 km ² (Pikunov et al. 2000). En tan solo 13 años perdieron el 80% de su área de distribución (1970 - 1983)

Gracias al seguimiento que se está realizando de estos leopardos, se obtuvieron los siguientes datos:
Censo 2000: 22 a 28 leopardos
Censo 2003: 28 a 30 leopardos
Censo 2009: 25 a 34 leopardos 

Esto indica una ligera estabilización y muy ligero ascenso de la población en libertad, aunque la situación es tan delicada que hay que mantenerse alerta y seguir con los esfuerzos de protección, ya que cualquier variación podría significar la rápida extinción de la especie. De hecho, según los cálculos parecer ser que son necesarios como mínimo 100 leopardos para conseguir una población viable y por lo tanto poder evitar la extinción.
Además a la escasa población se une el problema de la endogamia, que produce ejemplares con menos variabilidad genética entre otras cosas. Esto puede llevar, por ejemplo, en el caso de una enfermedad que afecta a alungo de ellos, a la muerte de todos los ejemplares, ya que al ser todos genéticamente parecidos, si uno es propenso a coger esa enfermedad los demás seguramente también lo serán, o la mayoría, que en este caso serían unos pocos.
Parece ser que actualmente la mayor parte de los ejemplares de esta subespecie viven en zoológicos de Europa y Estados Unidos. Hay entre 100 y 200 ejemplares en cautividad, algunos de ellos formando parte de un programa de cría en cautividad.
También se le conoce como leopardo del Extremo Oriente.
Se diferencia de otras especies de leopardos por su pelaje más largo, adaptación a la vida en zonas con climas fríos. Su pelo puede llegar a mediar hasta 2,5 cm de largo durante el verano, y 7 cm en invierno. Además de su largo pelaje, sus largas patas lo distinguen de otros leopardos. 

Además, mientras su pelaje es de color entre anaranjado y dorado en verano, se palidece hacia los colores crema en invierno para confundirse mejor con el medio. Tienen ojos muy brillantes de un hermoso color verde azulado
Su pelaje es más pálido que en otras subespecies, y tiene las rosetas oscuras y más grandes y espaciadas con gruesos anillos ininterrumpidos en su dibujo.
Los machos pesan entre 32 y 48 kg y las hembras entre 25 y 43
Pueden vivir hasta 12 a 15 años en libertad y 20 en cautividad
Son animales solitarios predominantemente, y activos principalmente por la noche.
Los individuos ocupan grandes zonas, muchas veces superpuestas con las de otros leopardos, que varían en el tamaño dependiendo de la abundancia de presas.
Son hábiles cazadores, que acechan a su presa ocultos a pocos metros de distancia
Son carnívoros oportunistas, es decir, se alimentan de una amplia variedad de animales, dependiendo de su abundancia principalmente. Aun así suelen alimentarse de liebres (Lepus spp.), de corzos (Capreolus capreolus) y del ciero sika ( Cervus nippon))
Los leopardos a menudo suben a sus presas muertas a los árboles para consumirlas, pudiendo elevar a presas que pesen hasta tres veces más que ellos.
Además son muy ágiles, pueden saltar mucho y correr en distancias cortas a grandes velocidades. También pueden descender de los árboles con la cabeza por delante.
Según lo que se ha visto en cautividad, estos leopardos suelen nacer principalmente a finales de la primavera o principios del verano, tras un periodo de gestación de 12 semanas. Suelen tener entre 1 y 4 cachorros, aunque lo normal son dos. Estos permanecerán con su madre durante dos años, hasta que puedan cazar solos y puedan vivir totalmente independientes. 

Antes se extendía por la Península de Corea, nordeste de China, y el sureste de Rusia; la mayor parte de su territorio se correspondía con el del tigre siberiano (Panthera tigris altaica), también en peligro de extinción.
Actualmente los pocos ejemplares que quedan están en las montañas de Sijote-Alin (Siberia, Rusia). Además se piensa que pueden quedar menos de 10 en China, en la provincia Jilin al noroeste de China, y se considera seguramente extinguido en Corea del Norte, aunque se desconoce la situación de la especie en esta región. 

AMENAZAS
Se enfrenta a numerosas amenazas como son la invasión de la civilización, las nuevas carreteras, la caza furtiva, la explotación de los bosques y el cambio climático, que han reducido la cantidad de leopardos de Amur de modo espectacular, hasta el punto de haberse convertido en el felino más raro del planeta.
CAZA: Se ha cazado durante mucho tiempo para obtener su piel y huesos para la medicina tradicional china, como se hace con otros animales como los tigres. Aunque ha disminuido sigue siendo una amenaza en Rusia, así como los incendios forestales.
FALTA DE PRESAS: Además existe el problema de la falta de presas, ya que a estas también se les caza y desplaza de sus zonas. Siendo sus presas principalmente los ungulados, algunos leopardos han llegado a alimentarse de ganado doméstico, al ser alimento fácil y con mayor disponibilidad, lo que ha provocado que algunas personas también los persigan para matarlos.
ESCASA VARIABILIDAD GENÉTICA: Además, la variación genética es muy baja, la más baja de todos los leopardos, lo que los convierte en extremadamente vulnerables a cualquier evento fortuito, como una epidemia o un gran incendio forestal. 

OLEODUCTO: Con respecto al desarrollo económico, la construcción de un oleoducto que pasaría por el último territorio de estos leopardos es una gran amenaza que se cierne sobre ellos. Sin embargo, entre los años 2005 y 2006, la Sociedad Zoológica de Londres y otros como ALTA encabezaron una campaña internacional contra el plan para construir el oleoducto por este lugar.
FALTA DE COMPROMISO POLÍTICO para la conservación: En los últimos años, la vida silvestre en Rusia ha sufrido de una falta de interés político para su conservación. Acontecimientos negativos desde el año 2000 incluyen la supresión del Comité Estatal para la Conservación de la Naturaleza, la caducidad de los derechos de la aplicación de la ley de Inspección de Tigre (una brigada de lucha contra la caza furtiva para la protección de los tigres y leopardos), y una reducción de aproximadamente el 80% en el número de inspectores de campo para la protección de los bosques y los animales.